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martes, 14 de enero de 2014

Adoro lo antiguo


          Sí, adoro lo antiguo, se nota en mis diseños y materiales.  A veces pienso que en exceso. No lo puedo evitar, cualquier objeto que tenga más de 50 años... me llama. Es algo insuperable, se podría decir que roza casi la obsesión. Y es que no se trata sólo de telas, cintas, plumas  y botones, se trata de... un poco de todo.


     

      


Ciertas personas (que me rodean y que no dudo me quieren) dicen que no es normal, que siempre voy a lo que está hecho polvo, roto o desvencijado, y lo peor... es que es verdad. Basta que una mesa cojeé y una silla renqueé, para que me guste más.  
Rastro de Madrid.
                                                   
Objetos que  tienen “la vida vivida”. Que le voy a hacer, es superior a mí.
Editorial años 50
Por no hablar de  la "hechura" (me encanta esa palabra),  las técnicas, los materiales, las herramientas utilizadas,  hoy el ritmo es tan diferente, no se puede comparar.
                                   
                                    
Así que te podrás imaginar mi emoción,  cuando la dueña de una antigua sombrerería de Madrid, hoy en día cerrada, me dijo: pasa, entra, abre puertas y armarios, escoge....
                                                  

Si bien es cierto que actualmente asistimos a la extenuación de lo “retro”, lo “vintage” (empieza ya a cansarme el uso y abuso de esa palabra), en fin, eso de que todo lo antiguo sirve,  o aquello que parece antiguo y no lo es. 
Se lleva la melancolía, solo con hacer un rápido barrido por las series de televisión lo comprobaremos (algunas bastante más acertadas que otras), y lo de que cualquier tiempo pasado fue mejor…siempre esta en boga. 
Por mi parte, escojo los “revivals”, las revisiones de otras épocas, de otras modas, pero siempre desde una óptica actual, mirar de reojo hacia el pasado pero con las manos en el presente.  En resumen, utilizar una tela antigua, una cinta de ayer, un botón de antes de ayer y un diseño de hoy, eso sí me va.



...siempre nos quedará Paris.





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